
¿Sabías que hoy es el día mundial del cáncer de mama?
Desde Moverte da vida no queremos dejar pasar este día sin rendir homenaje a todas las personas que están pasando o han pasado por esta enfermedad y para ello vamos a aportar nuestro pequeño granito de arena hablando de ejercicio físico en cáncer de mama. En este caso trataremos de ejercicio, cáncer de mama y fatiga como efecto secundario más prevalente y difícil de controlar.
Tanto la enfermedad en sí como los tratamientos asociados pueden producir muchísimos efectos secundarios a nivel físico, funcional y psicológico. Estos son más agudos durante el periodo en el que la persona está en tratamiento, pero pueden tardar varios años en desaparecer o incluso aparecer los conocidos como efectos a largo plazo. El ejercicio físico se presenta como un potencial moderador de esos efectos secundarios en todas las etapas del proceso (Hojman, Gehl, Christensen y Pedersen, 2018)
Uno de los efectos secundarios más prevalente, molesto, desagradable y persistente es la fatiga. La fatiga asociada al cáncer es definida como un cansancio exagerado que no tiene relación con las actividades realizadas. Es una sensación de agotamiento físico, emocional y mental, a pesar de dormir y descansar de manera suficiente (cancer.gov, 2021).
La fatiga es el efecto secundario más reportado en los pacientes oncológicos, presentándolo a largo plazo entre el 70 y el 100% de las pacientes (Juvet et al., 2017; Adamsen et al., 2009; Kim, Kang, Smith y Landers, 2006; Heim, Malsburg y Niklas, 2007; Hwang, 2008; Husebo, Drystad, Miaaland, Soreide y Bru, 2014; Lipsett, Barrett, S., Haruna, F., Mustian, K., O’ Donovan, 2017).
La fatiga además de ser el efecto secundario más persistente es el más debilitante de la quimioterapia. Esto puede suponer una barrera para cambiar a un estilo de vida más activo. También afecta al bienestar físico, social y capacidad de trabajo de la persona con cáncer de mama (Mijwel et al., 2019).
A pesar de esa sensación debilitante que supone la fatiga la guía australiana de recomendación de ejercicio pide evitar el reposo absoluto y que las personas que la padecen se involucren en las actividades de su vida diaria (ESSA, 2019).
En cuanto a la fatiga asociada al cáncer de mama el ejercicio físico es la terapia no farmacológica más efectiva (Hayes, Newton, Spence y Galvão, 2019). A pesar de ello a menudo la fatiga relacionada con el cáncer genera un círculo vicioso entre la fatiga inducida por el cáncer y la fatiga inducida por el descenso de niveles de Ejercicio Físico. Lo que aumenta la fatiga general, además reduce la masa muscular, la fuerza muscular y la calidad de vida todo esto influye en el aumento de la fatiga con respecto al cáncer.
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Verónica Bueno Muñoz
– Educadora Fiscalizables
– Graduada en CCAFD
– Especialista en Ejercicio Físico con
pacientes de cáncer de mama