
¿Qué beneficios aporta el ejercicio físico a mujeres con cáncer de mama?
El Ejercicio Físico mejora la sintomatología de fatiga (Gebrues et al., 2018) 6 meses tras el diagnóstico. El 90% de las mujeres con cáncer de mama manifiestan que con el ejercicio físico reducen los efectos adversos de la enfermedad y del tratamiento, como la fatiga y aumentan su calidad de vida (Reis et al., 2018).
La composición corporal también influye en el control de la fatiga, así como en la intensidad de algunos efectos secundarios. Las mujeres que no realizaron ejercicio físico y además padecen obesidad presentaban un aumento mayor de los niveles iniciales de fatiga, los cuales eran menores cuando la persona realizaba ejercicio físico y/o presentaba normopeso (Herath, Peswani y Chitambar, 2016). Independientemente de la composición corporal las mujeres que realizan ejercicio físico obtuvieron menores valores en fatiga con respecto a las que no lo realizaron, estas últimas mostraron un empeoramiento en el 80% en las mujeres con respecto a que realizan ejercicio (Leorey et al, 2015).
El ejercicio y salud cardiovascular influye en la magnitud de la fatiga. La dosis mínima de ejercicio cardiovascular para paliar la fatiga derivada de la quimioterapia son 120min/sem., de ser menos sería inefectivo (Herath, Peswani y Chitambar, 2016).
Sdmidt et al. (2014) compararon dos intervenciones con el objetivo de conocer la los efectos de la relajación con el entrenamiento de fuerza sobre la fatiga en mujeres con cáncer de mama que se estaban sometiendo a quimioterapia. Concluyeron que el entrenamiento de fuerza parece mitigar la fatiga física y mantener la calidad de vida durante la quimioterapia, mientras que en el grupo de relajación no se mostraron estos cambios. En cuanto a la fatiga emocional y cognitiva no se diferenció entre un grupo y otro. Estos resultados nos hacen pensar que el ejercicio y en concreto el entrenamiento de fuerza puede ser una intervención de apoyo a las mujeres con cáncer de mama que se someten a quimioterapia.
El tipo de ejercicio que más beneficios reporta para paliar la fatiga relacionada con el cáncer es el entrenamiento combinado con una parte de entrenamiento aeróbico y otra de entrenamiento de fuerza (Van Vulpen et al., 2019). El ejercicio físico aumenta el rendimiento físico, pero sólo algunos tipos reducen la fatiga y aumentan la calidad de vida, principalmente el entrenamiento de fuerza o combinado es el que más resultado da frente a la reducción de la fatiga y al rendimiento físico (Gebruers et al., 2018)
Todos estos datos nos hacen pensar que el entrenamiento combinado mejora la fatiga, pero Hiraoui et al. (2019) evidenciaron que entrenamiento que se basa en una combinación del entrenamiento de fuerza, HIIT y paseos mejora la capacidad cardiorrespiratoria y mejora la percepción de fatiga en mujeres con cáncer
Waart et al. (2015) nos aportan que las mejoras del ejercicio supervisado que integre el parte aeróbica y de fuerza de intensidad moderada a alta es más eficaz en la reducción de la fatiga y aptitud física para las pacientes con cáncer de mama que se someten a quimioterapia adyuvante que un programa de actividad física de baja intensidad en el hogar, aunque este representa una alternativa viable para las mujeres que no pueden o no quieren seguir el programa de mayor intensidad, produciéndose menos reducción en este último caso que en la primera opción.
En conclusión, el ejercicio físico se considera la terapia no farmacológica más eficaz para paliar este efecto secundario. Además, son varios tipos y dosis de ejercicio que son efectivas para la disminución de la misma. Sin embargo, debemos valorar muy bien el caso en concreto de la persona que tenemos delante, priorizando la individualización y su contexto para poder aportarle lo máximo posible.
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Verónica Bueno Muñoz
– Educadora Fiscalizables
– Graduada en CCAFD
– Especialista en Ejercicio Físico con
pacientes de cáncer de mama